La duración es una medida del riesgo de la tasa de interés del bono que considera el vencimiento del bono, el rendimiento, el cupón y las opciones de ser llamado. Estos muchos factores se utilizan para obtener un número que mide la sensibilidad del valor de un bono ante cambios en las tasas de interés.
Tipos de duración
Existen dos tipos de duración:
- La duración a secas (o duración de Macaulay) es la media ponderada de los distintos vencimientos de los flujos de caja, ponderados por el valor actual de cada uno de esos flujos. Se expresa en años o en abstracto, y lo que refleja son las variaciones relativas del precio ante variaciones relativas de la TIR. Este concepto fue desarrollado por Frederick Macaulay en 1938, de ahí su nombre.
- La duración modificada o corregida (o duración de Hicks) es el cociente entre: la duración de Macaulay y uno más la TIR del activo; por lo que se basa en el concepto de Macaulay. Esta medida refleja variaciones relativas del precio ante variaciones absolutas de la TIR y se expresa en años o porcentaje. En este caso, fue el economista John Hicks en 1939 quien desarrollo esta relación matemática.
Permite calcular el tiempo que lleva a un inversor para recuperar el precio de un bono utilizando los flujos de efectivo totales del bono. Además, también permite evaluar la sensibilidad del precio de un bono o de una cartera de renta fija a los cambios o fluctuaciones de los tipos de interés.
Debido a que algunos tipos de medidas de duración se calculan en años, a veces se confunde la duración con el plazo a vencimiento. Sin embargo, el plazo de un bono es una medida lineal de los años hasta que vence el pago del principal y no cambia con el entorno de los tipos de interés. Sin embargo, la duración no es lineal y se acelera con el tiempo hasta el vencimiento.
Generalmente, cuanto mayor sea la duración del bono, más caerá su valor si aumentan las tasas de interés, porque cuando las tasas de interés suben, el precio del bono cae y viceversa. Si un inversor espera que las tasas de interés caigan durante la tenencia del bono, un bono con una duración mayor podría ser apetecible porque su valor aumentaría más que el de los bonos comparables con duraciones más cortas.
Como muestra la tabla a continuación, cuanto más corta es la duración del bono, seguramente será menos volátil. Por ejemplo, un bono con una duración de un año solamente perdería el 1% de su valor si las tasas aumentaran un 1%. Sin embargo, un bono con una duración de 10 años perdería el 10% si las tasas aumentaran ese mismo 1%. Por el contrario, si las tasas caen un 1% los bonos con una mayor duración ganarían más, mientras que los de una menor duración ganarían menos.
Además, es importante mencionar que la tasa de cupón de un bono, que es el rendimiento nominal que se paga por un título de renta fija, juega un papel importante en la determinación de la duración del bono. Por lo tanto, si tenemos dos bonos con cupones idénticos, pero diferentes en cuanto a su cupón, el bono con el cupón más alto pagará más rápido que el bono con el cupón o rendimiento más bajo. Por lo tanto, la duración y la sensibilidad de los tipos de interés disminuyen con la tasa de cupón.
Los inversores reacios al riesgo, o preocupados por las grandes fluctuaciones en el valor del capital de sus tenencias de bonos, deben considerar una estrategia de renta fija con una duración muy corta. Los inversores que se sienten más cómodos con estas fluctuaciones, o que están convencidos de que las tasas de interés caerán, deben considerar duraciones más largas.
Limitaciones de la duración
Aunque la duración puede ser una herramienta de análisis sumamente útil, no es una medida completa del riesgo del bono. Por ejemplo, la duración no indica nada sobre la calidad crediticia de un bono o la estrategia de renta fija. Esto puede ser particularmente importante para los valores con bajas calificaciones (como los bonos de alto rendimiento), los cuales tienden a reaccionar tanto, si no más, ante las preocupaciones de los inversores sobre la estabilidad de la empresa emisora como a los cambios en las tasas de interés.
Otra limitación para utilizar la duración cuando se evalúa una estrategia de renta fija es que la duración promedio puede cambiar cuando los bonos dentro del portafolio vencen y cambian las tasas de interés. Así, la duración en el momento de la compra puede no ser precisa después de haberse puesto las posiciones las tenencias del portafolio. Los inversores interesados deben verificar regularmente la duración promedio de la estrategia de renta fija para evitar sorpresas, o invertir en estrategias que sean gestionadas activamente para mantenerse dentro del rango de duración promedio establecido.